Legalmente se tienen clasificados diferentes
tipos de violencia pero sea cual sea ejercida, está siempre dejará secuelas que
jamás podrán ser borradas por parte de quienes la han sufrido.
Podemos
mencionar la definición que maneja uno de los diccionarios Penales el cual dice
“Violencia es la situación o estado contrario a naturaleza, modo o índole,
empleo de la fuerza para arrancar el consentimiento. Ejecución forzosa de algo,
con independencia de su legalidad o ilicitud. Coacción, a fin de que se haga lo
que uno no quiere, o se abstenga de lo que sin ello se quería o se pretendía
hacer”.[1]
Existen
diferentes tipos de violencia que, con fines descriptivos y analíticos, se han
clasificado como maltrato físico, psicológico, sexual y económico. En general
existen y se presentan de manera sucesiva.
[1]
Diccionario Penal segunda edición 2004
- Fisica
La violencia física deja una huella en el
cuerpo, aunque ésta no siempre sea visible. Incluye una amplia gama de
manifestaciones que van desde un pellizco, empujones, estirón de pelo, golpes e incluso la muerte.
Este
tipo de violencia suele clasificarse de acuerdo con el tiempo que tardan las
lesiones en sanar o en la magnitud de su gravedad: levísima, leve, moderada,
grave y extrema. La violencia va minando la salud de las victimas paulatina
pero constantemente hasta el punto de que, tras años de abuso, quienes la
soportan no tienen defensas para hacer frente a una enfermedad. Además,
generalmente la violencia va en aumento, cada vez en más frecuente y más
intensa. Muchos golpeadores aprenden a no dejar huella y, además, minimizan el
daño que causan.
La
violencia física se dirige al cuerpo de la víctima y normalmente va seguida de
una escalada tanto en intensidad como en frecuencia.
- Psicológica
Realmente creo que esta es la violencia más
grave que se puede ejercer, ya que si bien no deja marcas visibles, todo queda
grabado en la mente de la víctima y con esto se crea una enfermedad de la cual
difícilmente se puede sanar.
Se
le llama violencia psicológica a diversas expresiones como: insultos, ofensas,
burlas, actitudes de desprecio, gritos, manipulaciones, chantajes, control,
etc. Siempre que hay maltrato físico, sexual o económico, hay también maltrato
psicológico. Esta la podemos encontrar en celos excesivos, abuso verbal, intimidación, infidelidad,
comparación negativa con otras mujeres.
El
maltrato psicológico es un dardo directo a la autoestima de la victima que
busca generar en ella un sentimiento de inseguridad y de escasa valía personal.
Quien realmente puede ofender, humillar o descalificar a una persona es quien
está cerca de ella, conoce sus puntos débiles y sabe derribar una defensa y
descargar todo el veneno de la palabra que lastima y lacera. Finalmente la única persona que realmente puede
aquilatar el daño es quien lo sufre. Por ello, no deben desestimarse las quejas
de violencia psicológica. El malestar que causan y el daño acumulado pueden
resultar tan nocivos como la violencia física.
- Sexual
Este
tipo de violencia es la más común entre las mujeres pero al mismo tiempo es la
menos denunciada ante las autoridades, por motivo de vergüenza de parte de las
víctimas, muchos de estos actos son llevados a cabo por parte de los maridos
hacia las esposas y las mujeres lo llegan a sentir como algo natural pues
tienen la idea de que es su obligación, en sí, es ejercida por parte de hombres
que se valen de su posición jerárquica, derivada de relaciones laborales,
docentes, domésticas o cualquiera otra que implique subordinación, así como
sometimiento por fuerza física o moral.
La
Norma Oficial Mexicana define la violencia sexual como La acción u omisión mediante la cual se induce o se impone la
realización de prácticas sexuales no deseadas o respecto de las cuales se tiene
incapacidad para consentir.
Una
forma frecuente de sometimiento y control dentro de la familia es el uso de la
violencia sexual. En realidad sabemos muy poco por la escasez de denuncias y el
subregistro que existe. Cuando se habla del tema, se hace frecuentemente en
relación con los menores, porque en la pareja la violencia sexual está
naturalizada y, por ello, no se le percibe como tal. Hombres y mujeres asumen
que la relación sexual dentro del matrimonio es un derecho del marido y una
obligación de la esposa. Hasta que se conciba como un encuentro de dos
voluntades autónomas, no podrá reconocerse el derecho de las mujeres a decir
no, ni tampoco se llamará por su nombre a la violencia dirigida a su
sexualidad.
“La
violencia sexual en la familia abarca
las siguientes prácticas: exigir o imponer una relación sexual, lo que
viene siendo igual a una violación, obligar a la víctima a prácticas que le
resulten dolorosas, desagradables, o que simplemente no desea practicar”.[1]
La
violencia sexual siempre tiene graves consecuencias para la salud emocional de
las víctimas y muchas veces va acompañada de diversas formas de violencia
física.[2]
[1]
“El Laberinto de la Violencia” José Sanmartín
[2]
Delitos contra la libertad, la seguridad sexual y el normal desarrollo sexual,
Inmujeres.
- Económica
Es muy reciente la consideración de que el
control de los recursos económicos y el sometimiento derivado de ese control
constituyen violencia. El maltrato económico implica la disposición y el manejo
abusivo del dinero y los bienes materiales. Su expresión más común es el negar
el dinero o darlo a cuentagotas, hacer que la mujer tenga que pedir dinero y
rechazar su solicitud, etc. En ocasiones los hombres llegan a controlar la
totalidad de los gastos de la casa y hasta las compras de los objetos personales
de la mujer. Cuando las mujeres se han dedicado al cuidado del hogar, la
crianza de los hijos y la atención del marido, y en función de ello han
abandonado sus empleos remunerados, la situación de dependencia económica
exacerba su vulnerabilidad, las hace más proclives a otras formas de violencia,
acentúa el aislamiento y les impide o dificulta tomar acciones concretas para
salir de la relación de maltrato.
La
violencia económica se presenta en todas las clases sociales, varían las formas
concretas, pero las actitudes de control y sujeción son independientes del
monto de los recursos y las dimensiones de la riqueza.